72 Horas Antes: Guía Carbo-Loading

72 Horas Antes: Guía Carbo-Loading

Hay quienes todavía piensan que los carbohidratos son un enemigo. Pero si eres deportista de resistencia, los hidratos son tu mejor aliado.

Son literalmente el combustible que mantiene tu motor encendido cuando el esfuerzo se extiende más allá de 90 minutos.

Y aquí te hablo de una estrategia probada por la ciencia para llegar al día de la competición con el depósito lleno: el CARBO-LOADING.

Pero ojo...

Hacerlo mal puede dejarte pesado, hinchado y sin energía.

Hacerlo bien puede ser la diferencia entre cruzar la meta con fuerza o arrastrarte los últimos kilómetros.

¿Alguna vez has llegado al día de la competición pensando que estabas preparado, pero tu cuerpo te traicionó?

Hay mucha información confusa sobre cómo cargar carbohidratos correctamente.

Unos dicen que comas pasta tres días antes. Otros que solo el día previo. Algunos hablan de 8-10 gramos por kilo de peso corporal.

Y luego están los que te venden productos llenos de químicos que prometen "máxima carga glucogénica"... pero que terminan inflamándote el intestino.

El resultado es siempre el mismo: llegas a la línea de salida sintiéndote pesado, con el estómago revuelto, y con la incertidumbre de si realmente hiciste lo correcto.

Pero existe una manera científicamente validada de hacer carbo-loading que funciona.

Una estrategia que utilizan los muchos deportistas de resistencia del mundo para maximizar sus reservas de glucógeno sin sentirse como un globo a punto de explotar.

Y lo mejor de todo...

Puedes implementarla con ingredientes que tu sistema digestivo reconoce como alimento natural, sin necesidad de sufrir las consecuencias de productos cargados de aromas artificiales, conservantes y químicos que solo irritan tu estómago sensible.

Porque la verdad es esta: no necesitas complicar algo que la ciencia ya ha resuelto.

Solo necesitas entender los principios fundamentales sobre cómo tu cuerpo almacena energía... y aplicarlos en el momento exacto del protocolo de carga.

En este artículo te contamos exactamente cómo hacerlo, paso a paso, para que llegues a tu próxima competición con las reservas de glucógeno al máximo y el estómago completamente tranquilo.

 

Tu cuerpo es un coche... y necesita combustible de verdad

Es decir, "las reservas de glucógeno son el depósito de combustible que determina si cruzas la meta con fuerza o si te arrastras los últimos kilómetros."

Imagina que estás conduciendo por una carretera interminable. El paisaje cambia, las condiciones varían, pero tu coche sigue avanzando kilómetro tras kilómetro. Ahora pregúntate: ¿qué pasa cuando el tanque se vacía a mitad de camino? Exacto. Te quedas varado. Sin opciones. Sin marcha atrás.

Tu cuerpo funciona exactamente igual durante esfuerzos prolongados. Y el combustible que mantiene el motor encendido no es mágico ni viene de la fuerza de voluntad. Viene de algo muy concreto: las reservas de glucógeno almacenadas en tus músculos e hígado.

Cuando esas reservas se agotan, no hay mentalidad ganadora que te salve. No hay música motivacional que funcione. No hay mantra que revierta la bioquímica. Aparece la fatiga. Real. Profunda. Inevitable.

El carbo-loading no es una moda pasajera ni un truco de marketing. Es la estrategia que asegura que llegues al evento con energía disponible desde el primer hasta el último kilómetro. Sin negociación. Sin excepciones.

Pero aquí está el problema que nadie te cuenta: la mayoría de los deportistas llega al día de la competición con el tanque medio lleno. Entrenan duro. Siguen planes rigurosos. Cuidan cada detalle... excepto uno. No maximizan sus reservas de glucógeno antes del evento más importante del año.

¿El resultado? Comienzan bien. Mantienen el ritmo durante la primera hora. Quizás incluso durante las dos primeras horas. Pero después, cuando el esfuerzo debería sostenerse, algo cambia. Las piernas pesan. La mente se nubla. El cuerpo empieza a negociar contigo: "¿Y si aflojamos un poco el ritmo?"

No es falta de preparación. No es debilidad mental. Es fisiología pura: tus músculos están gritando por glucosa y no hay suficiente disponible.

Aquí está la verdad incómoda que muchos deportistas descubren demasiado tarde: puedes tener la mejor técnica, el plan de entrenamiento más avanzado y la genética privilegiada... pero si llegas al evento sin reservas completas de glucógeno, estás compitiendo con un lastre invisible que te arrastra hacia atrás cada kilómetro.

El carbo-loading resuelve esto de raíz. Llena ese tanque hasta el borde. Te da una ventaja metabólica real sobre cualquiera que ignore esta estrategia. Y lo mejor de todo: funciona incluso si tu genética no es la de un campeón olímpico.

Porque en deportes de resistencia, la diferencia entre un buen rendimiento y uno excepcional muchas veces no está en los entrenamientos secretos ni en el equipamiento más caro. Está en los detalles metabólicos que la mayoría pasa por alto, obligándose a reducir la intensidad.

Ahora bien, aquí está lo fascinante: el cuerpo humano puede almacenar entre 300 y 600 gramos de glucógeno dependiendo de tu masa muscular y estado de entrenamiento. Eso representa aproximadamente entre 1.200 y 2.400 calorías de energía pura y disponible.

Pero la mayoría de los deportistas llegan a competiciones con apenas la mitad de esa capacidad utilizada. Es como llevar un bidón medio lleno a un Ironman. 

Así que el carbo-loading cambia esa ecuación completamente.

 

¿Cuándo activar la carga? (No es para cualquier entrenamiento)

El carbo-loading es una estrategia de competición, no un protocolo de entrenamiento diario.

O sea, el carbo-loading no es para ese entrenamiento de intervalos del martes por la tarde. No es para tu salida larga del fin de semana. No es algo que debas hacer cada vez que te pones las zapatillas.

Es una estrategia de competición específica diseñada para eventos que exigen lo máximo de tu sistema energético durante períodos prolongados. 

¿Cuánto es prolongado?

Más de 90 minutos de esfuerzo continuo e intenso.

Estamos hablando de maratones. Triatlones. Gran fondos. Ultramaratones. Eventos donde tu cuerpo va a quemar glucógeno a un ritmo que hace que tus reservas normales sean insuficientes.

Para la mayoría de los deportistas que realizan este tipo de competición, el punto crítico suele aparecer entre los 90 y 120 minutos de esfuerzo intenso. No es casualidad. Es el momento en que las reservas normales de glucógeno comienzan a agotarse y el cuerpo tiene que cambiar de estrategia metabólica.

Aquí está el error que cometen muchos: aplican el carbo-loading para entrenamientos cortos o eventos que no lo requieren. El resultado es un aumento de peso temporal por retención de agua, sensación de pesadez y ningún beneficio real de rendimiento.

El carbo-loading tiene su momento. Su contexto. Su aplicación específica. Y ese momento es entre 2 y 3 días antes del evento principal. No una semana antes. No el día anterior. 

Es entre 48 y 72 horas antes de la largada.

¿Por qué ese período específico? 

Porque es el tiempo que tu cuerpo necesita para maximizar el almacenamiento de glucógeno sin que empieces a sentirte hinchado o incómodo el día de la competición.

Ahora bien, ¿qué pasa si tienes un evento de menos de 90 minutos? Digamos una carrera de 10K o un sprint de triatlón. ¿Necesitas carbo-loading?

La respuesta corta es NO. Tu cuerpo tiene suficiente glucógeno almacenado naturalmente para sostener esfuerzos de alta intensidad durante 60-90 minutos. Aplicar carbo-loading en estos casos no te dará ventajas significativas y podría hacerte sentir menos ágil.

Pero aquí está el matiz que muchos pasan por alto: si eres un deportista de alto nivel compitiendo en un evento de 60-75 minutos a intensidad máxima, un protocolo modificado de carbo-loading (menos agresivo, más corto en duración) puede darte ese pequeño margen que marca la diferencia entre el podio y el cuarto lugar.


¿Cómo sabes si tu evento califica para carbo-loading completo? 

Hazte estas preguntas:

¿Dura más de 90 minutos de esfuerzo continuo?

¿Vas a mantener una intensidad moderada-alta durante la mayor parte del evento?

¿Has experimentado "pájaras" o caídas de energía en eventos similares anteriores?

¿Es una competición importante donde quieres maximizar cada variable posible?

Si respondiste sí a al menos tres de estas preguntas, el carbo-loading es para ti. Si respondiste sí a todas, es absolutamente esencial que lo integres en tu protocolo de preparación.

Pero recuerda: no es magia. No va a compensar meses de entrenamiento deficiente. No va a convertirte en un deportista de élite de la noche a la mañana. Lo que sí va a hacer es asegurar que tu sistema energético no sea el factor limitante cuando llegue el momento de rendir al máximo.

Y eso, en un deporte donde los márgenes son tan pequeños, puede ser la diferencia entre cumplir tus objetivos o quedarte preguntándote qué salió mal.


Entrena menos, almacena más: la paradoja del descanso activo

Durante los días previos al evento, tu mejor entrenamiento es no entrenar. El cuerpo guarda lo que no gasta.

Esto va en contra de todo lo que tu mente competitiva te dice. Vas a sentir que estás perdiendo forma. Que deberías estar haciendo algo más. Que reducir el entrenamiento justo antes del evento más importante es un error.

Pero aquí está la verdad metabólica que tu cuerpo entiende perfectamente: cuando te mueves menos, almacenas más glucógeno. No es teoría. Es fisiología básica.

Suena simple. Y lo es. Pero la parte difícil no es entender el concepto. La parte difícil es tener la disciplina de hacerlo cuando cada fibra de tu ser te grita que deberías estar entrenando más para llegar mejor preparado.


Aquí está el protocolo específico para los 2-3 días previos al evento:

  • Día -3 (tres días antes): Reduce el volumen de entrenamiento en un 50-60%. Si normalmente entrenas una hora, haz 25-30 minutos. Mantén intensidad baja-moderada. El objetivo es activar los músculos sin vaciar las reservas.

  • Día -2 (dos días antes): Reduce el volumen en un 70-80%. Sesiones muy cortas de 15-20 minutos máximo. Intensidad baja. Piensa en esto como "recordarle a tu cuerpo que hay un evento próximo" sin generar fatiga.

  • Día -1 (un día antes): Movimiento mínimo. Una caminata suave de 10-15 minutos o movilidad articular. Nada más. Tu cuerpo está en modo almacenamiento máximo.

¿Ves el patrón? Reducción progresiva. No es un corte abrupto que confunde al cuerpo, sino una disminución gradual que le permite entender: "Ah, viene algo grande. Mejor guardo energía."

Ahora bien, aquí está lo fascinante desde el punto de vista metabólico: cuando reduces el entrenamiento pero mantienes (o incluso aumentas) la ingesta de carbohidratos, creas un superávit energético que tu cuerpo almacena directamente como glucógeno.

Es como si le dijeras a tu cuenta bancaria: "No voy a gastar nada esta semana, pero voy a seguir depositando dinero todos los días." El resultado inevitable es que tu balance crece.

Pero la mayoría de los deportistas no confía en este proceso. Y lo entiendo. Has entrenado durante meses para este evento. La idea de reducir el volumen justo cuando te sientes en mejor forma parece contraproducente.

Aquí está la verdad incómoda: tu mejor forma física no llega el día que más entrenaste, sino el día que llegaste más descansado con reservas completas.


La estrategia ganadora

Consume entre 8 y 12 gramos de carbohidratos por kilo de peso corporal al día. Esa es la fórmula. Todo lo demás son detalles.

Vamos directo al grano: durante los 2-3 días de carbo-loading, tu alimentación tiene un único objetivo claro y específico: maximizar el almacenamiento de glucógeno sin causar molestias digestivas.

No es el momento de experimentar. No es el momento de probar ese restaurante nuevo. No es el momento de comer "saludable" según los estándares nutricionales convencionales. Es el momento de ser estratégico, específico y aburrido.

Si pesas 70 kilos, necesitas consumir entre 560 y 840 gramos de carbohidratos al día durante este período. Sí, leíste bien. Esa cantidad puede parecer exagerada si estás acostumbrado a dietas moderadas en carbohidratos. Pero recuerda: no estás comiendo para sentirte ligero. Estás comiendo para llenar cada reserva de glucógeno disponible en tu cuerpo.

Ahora bien, no todos los carbohidratos son iguales para este propósito. Necesitas priorizar hidratos de fácil digestión que tu cuerpo pueda procesar rápidamente sin desviar energía hacia procesos digestivos complejos.

 

Xtratus es un gran aliado también antes de las carreras.

Carbohidratos fácilmente digeribles. Sodio, potasio y magnesio para optimizar la retención de glucógeno (cada gramo de glucógeno se almacena con 3 g de agua).

Resultado:
hidratos bien absorbidos y mejor almacenamiento energético. Salud gastrointestinal. Cuerpo correctamente hidratado y preparado.

Esta es la herramienta invisible que diferencia a quien termina con fuerza de quien se arrastra hasta la meta.

En resumen: el carbo-loading no se trata solo de comer más, sino de absorber mejor. Y Xtratus está diseñado exactamente para eso. Sin conservantes ni edulcorantes artificiales, Xtratus ofrece energía limpia, fácilmente digerible y acompañada de electrolitos esenciales. Resultado: energía disponible, buena hidratación y cero pesadez.

No es suerte ni genética, es estrategia. Hazlo bien, y cada célula de tu cuerpo trabajará a tu favor. 

Haz clic aquí para DESCARGAR LA GUÍA CARBO-LOADING

 

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